martes, 12 de marzo de 2013

El Cónclave es una cuestión de fe



Una vez más los ojos del mundo están puestos en el Vaticano. Dentro de unas horas iniciará el Cónclave, en el que 115 Cardenales elegirán al sucesor de san Pedro.
Nunca un acontecimiento como éste había despertado tanto interés en todos los rincones de la tierra. Tanto, que ya son casi cinco mil los periodistas acreditados en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En su información hemos visto de todo. Desde los comentarios profundos y sensatos hasta aquéllos que rayan en la incoherencia. Parece que algunos no han aprendido que en la Iglesia las cosas son diferentes.
El Papa no es sólo un Jefe de Estado. El Papa es el sucesor de san Pedro. Por eso las preocupaciones de quien resulte electo no se reducen a hacer una limpieza en la Curia Vaticana ni a renovar lo que a decir de muchos es anticuado –léase celibato sacerdotal, uniones entre personas del mismo sexo o la ordenación sacerdotal de mujeres, por mencionar algunos–.
Hoy, como hace dos mil años, la misión del Papa es la misma de san Pedro: “apacentar las ovejas” y confirmar la fe de sus hermanos. Es anunciar el auténtico Evangelio que los Apóstoles recibieron de primera mano de Jesucristo.
Por eso el Cónclave es una cuestión de fe. No una corrupta jornada electoral donde se vale de todo. De ahí que la lista de Cardenales “papables” que nos ha presentado la prensa son sólo nombres escogidos con criterios meramente humanos.
Los Católicos, desde la fe, acompañemos a los Cardenales con la oración y esperemos a que el humo blanco nos anuncie que tenemos Papa, confiando en que será un hombre de Dios, no un gerente, un administrador y mucho menos alguien que haga de la religión una “cosa” que se adapte a las necesidades de las mayorías.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Todos los Cardenales son "papables"


Un mascotense estará presente en el Cónclave. El Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y originario de Mascota, Jalisco, será uno de los electores del próximo Papa. Y nadie, ni siquiera de broma, ha comenzado a hacer campaña a su favor para que resulte electo Sumo Pontífice.
Sin embargo, parece que muchos todavía no comprenden la seriedad del acontecimiento. Pues mientras algunos han hecho circular una lista con los nombres de "sus" candidatos más fuertes, otros han llegado al extremo de pegar carteles solicitando el voto por un Cardenal en particular.
Si bien es cierto que algunos Cardenales son más conocidos que otros –por su visibilidad, su servicio o simpatía– al final serán ellos quienes tengan la última palabra. Así que mientras no concluya el Cónclave, lo que otros digan a favor o en contra son sólo suposiciones.
Por algo la Secretaría de Estado del Vaticano tuvo que emitir un comunicado a propósito de la difusión de noticias falsas para condicionar el Cónclave. A continuación la nota completa. Fue publicada el pasado 23 de febrero, pero sigue siendo iluminadora y actual:
“La libertad del Colegio de Cardenales, que tiene la tarea, según establece el derecho, de elegir al Romano Pontífice, siempre ha sido fuertemente defendida por la Santa Sede, como garantía de una decisión que estuviera basada en evaluaciones motivadas únicamente por el bien de la Iglesia.
A través de los siglos, los Cardenales han debido hacer frente a múltiples formas de presión ejercidas sobre los electores individuales y sobre el mismo Colegio y cuyo fin era condicionar su decisiones, doblegándolas a lógicas de tipo político o mundano.
Si en el pasado eran las denominadas potencias, es decir, los Estados los que intentaban hacer valer sus condicionamientos en la elección del Papa, ahora se intenta poner en juego el peso de la opinión pública, a menudo sobre la base de evaluaciones que no reflejan el aspecto típicamente espiritual del momento que la Iglesia está experimentando.
Es deplorable que, a medida que se acerca el inicio del cónclave y los cardenales electores estarán obligados, en conciencia y ante Dios, a expresar con plena libertad su elección, se multiplique la difusión de noticias, a menudo no verificadas o no verificables, o incluso falsas, incluso con graves perjuicios para las personas y las instituciones.
Nunca como en estos momentos, los católicos se centran en lo esencial: rezan por el Papa Benedicto XVI, rezan para que el Espíritu Santo ilumine al Colegio de Cardenales, rezan por el futuro pontífice, confiados en que la suerte de la barca de Pedro está en las manos de Dios”.

martes, 5 de marzo de 2013

Los Cardenales no tienen prisa



Iniciaron las reuniones formales de los Cardenales presentes en Roma. Reciben el nombre de Congregaciones Generales y tienen como objetivo la preparación del próximo Cónclave.
El día de ayer –lunes 4 de marzo– se llevaron a cabo dos congregaciones –una por la mañana y otra por la tarde– y el día de hoy solamente una. En la tercera congregación participaron ya 148 Cardenales, entre ellos 110 de los 117 que son electores.
Según informó el padre Federico Lombardi, director de la sala de prensa de la Santa Sede, en las tres congregaciones efectuadas hasta hoy han intervenido 33 Cardenales de los 5 continentes, en un clima sereno, fraterno y de respeto que ha favorecido la libertad de expresión.
Los temas tratados han sido de suma importancia. Así, por ejemplo, han reflexionado sobre las actividades de la Santa Sede y sus relaciones con los obispos de todo el mundo, la renovación de la Iglesia a la luz del Concilio Vaticano II, la situación actual de la Iglesia y la necesidad de una nueva evangelización. Pero todavía no han tomado ninguna decisión respecto al Cónclave.
La cuarta congregación está prevista para el día de mañana, miércoles 6 de marzo, por la mañana. Y por la tarde se reunirán para hacer oración en la Basílica de San Pedro.
De frente a las presiones de los medios de comunicación y a su urgencia por conocer la fecha del próximo Cónclave, los Cardenales han demostrado serenidad y prudencia. Ellos no tienen prisa, y qué bueno. Entre más tiempo se dediquen a la oración, al análisis serio de la situación del mundo y de la Iglesia y al conocimiento personal entre ellos mismos, mejor será el resultado de la elección. Claro, a su debido tiempo.