Puerto Vallarta será subsede de los ya próximos Juegos Panamericanos. Del 14 al 30 de octubre se llevarán a cabo aquí las competencias de Natación en aguas abiertas, Triatlón, Vela y Voleibol de Playa.
La publicidad de los juegos ha sido escasa, al menos a nivel local. A pesar de ello se espera que el evento incremente el movimiento económico del Puerto y lo siga posicionando en el mundo como uno de los destinos turísticos más importante del País.
Pero no todo es dinero ni imagen. Estos juegos nos recuerdan la importancia de la disciplina, la perseverancia, la responsabilidad, el respeto, de acatar reglas. Entre otros, se trata de valores fundamentales de la persona que se ejercitan en el deporte.
Con razón los curatos y las escuelas católicas de antaño se aliaban con el deporte para asegurar en los adolescentes y jóvenes una formación humana y cristiana de calidad, forjando personas maduras, profesionistas ejemplares, ciudadanos de bien.
"El deporte posee un valioso potencial educativo, sobre todo en el ámbito juvenil y, por esto, ocupa un lugar de relieve no sólo en el uso del tiempo libre, sino también en la formación de la persona... El deporte, practicado con pasión y atento sentido ético, especialmente por la juventud, se convierte en gimnasio de sana competencia y de perfeccionamiento físico, escuela de formación en los valores humanos y espirituales, medio privilegiado de crecimiento personal y de contacto con la sociedad" (Benedicto XVI, agosto 2009).
Con frecuencia los padres de familia se preguntan cómo alejar a sus hijos de los excesos en televisión, videojuegos, internet, drogas, alcohol, desperdicio del tiempo... O cómo fomentar en ellos las virtudes y transmitirles una actitud positiva ante la vida. El deporte no es la única solución, pero sí una respuesta concreta y efectiva.