viernes, 25 de diciembre de 2009

sábado, 12 de diciembre de 2009

Lo que los medios callaron



México padece la guerra. La guerra que el gobierno declaró abiertamente al narcotráfico y al crimen organizado, y la que éstos desde hace tiempo mantienen con la sociedad.

Los periodistas también se encuentran en el campo de batalla. Han mantenido informada a la opinión pública sobre la situación y han fungido como mensajeros entre los dos frentes.

Sin embargo, también los medios han sido víctimas de la violencia. El día de ayer, 11 de diciembre, el diario mexicano El Universal refrescó la memoria de sus lectores con un reportaje titulado "La década en que reportear se volvió un oficio peligroso", en el que asegura que la guerra contra el narco fue el detonador de los crímenes contra periodistas, y en el que también publicó los números con "nombre y apellido": 14 son los asesinados en lo que va del año 2009 y 65 el total en la primera década de este siglo XXI.

La situación es grave y una solución nos urge a todos. Cierto que la estrategia que adoptó el gobierno ha generado más víctimas, pero tampoco se puede "cruzar de brazos", como tampoco ha cruzado los brazos la Iglesia Católica. Los Obispos de México están preocupados por esta realidad; el pasado  12 de noviembre ofrecieron la síntesis de un documento que se publicará a principios del ya cercano 2010, en el que de manera amplia y detallada se "explicitan las exigencias irrenunciables de la vida cristiana" ante la situación de inseguridad y violencia que se vive en este País.

El mensaje se dirige a los gobernantes, a quienes los Obispos invitan a "procurar verdaderamente la justicia, superando la corrupción y la impunidad". A los ciudadanos, exhortándolos a "hacerse responsables unos de otros, cuidándose y animándose mutuamente". De manera especial a las víctimas de la violencia en todas sus formas: "no están solos –dijeron–, los obispos, sacerdotes y agentes de pastoral nos comprometemos a acompañarlos en su dolor". Y finalmente a "los involucrados en este sucio negocio: a los productores, traficantes, comercializadores y consumidores, les hacemos un fuerte llamado: ¡YA BASTA! –enfatizaron–; ya no se dañen a sí mismos y ya no sigan causando tanto daño y dolor a nuestros jóvenes, nuestra familias y a nuestra patria".

Lo curioso es que ningún medio de comunicación hizo eco de este mensaje. Monseñor Gustavo Rodríguez Vega, Obispo de Nuevo Laredo y Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social-Caritas, en una visita a los alumnos del Colegio Mexicano externó la negativa de los medios  para hacer público este mensaje. Asegura que no lo hicieron o "por miedo, o simplemente porque no les interesa", porque sí estuvieron enterados.

Lo que los medios callaron es la preocupación de los obispos por la nación, el llamado a la conciencia de todos y sus palabras de esperanza, elementos presentes en el mensaje. Es otra más de las buenas noticias que no fueron tomadas en cuenta.  Prefiero pensar que se les olvidó, o que los obispos no encontraron una mejor manera para despertar su interés, y no que los medios comiencen a resistirse a darle voz a la Iglesia Católica. Es sólo un mal pensamiento; esperemos que en la realidad las cosas sean diferentes.

martes, 8 de diciembre de 2009

El libro del año


Los escritos del Papa son profundos. Están lejos de la ligereza con la cual podemos acercarnos a la literatura comercial: la trama de la última película de Hollywood, la novela que se hace pasar por historia o la autobiografía del personaje polémico del momento.

Sin embargo todavía existen lectores críticos y exigentes. Aquellos que saben reconocer las buenas plumas y los grandes pensadores; que no se conforman con una lectura ligera ni se dejan llevar por los prejuicios que rodean al escritor.

El pasado domingo 6 de diciembre, el suplemento cultural del periódico italiano "Il Sole 24 Ore" –llamado "La Domenica"–,  publicó "el mejor libro del año" según el parecer de 34 personalidades destacadas en el ámbito de la cultura, la economía y la literatura.  Cada uno debía seleccionarlo de acuerdo a su especialidad.

Sorpresa: la Caritas in Veritate, la última encíclica del Papa Benedicto XVI, es el mejor libro del 2009 según el notable economista italiano Mario Deaglio, quien ha dicho que el Papa propone en esta encíclica "una visión global sobre los problemas del planeta que ningún líder político ha logrado ofrecer". Agregó además que el sumo pontífice "ha redactado una obra de innovación que es también una ayuda efectiva para enfrentar con originalidad los temas candentes del presente: la redistribución de los impuestos, la exigencia de encontrar la manera para reducir la diferencia entre las clases sociales, el papel del mercado y la cuestión del ambiente".

A decir del también profesor de la Universidad de Turín, el Papa ofrece en esta obra "un inventario completo y amplio de los problemas del mundo", e indica "los caminos donde se pueden encontrar las soluciones".

No sé si algún líder político o jefe de estado se haya dado el tiempo para leer este documento. Ni mucho menos si se tomen en cuenta las directrices que ofrece para desempeñar mejor sus funciones. Pero sí me queda claro que el Papa no escribe para vender. Él sí sabe lo que escribe, y lo hace con una visión clara y con una dirección concreta.


domingo, 29 de noviembre de 2009

El Papa y sus palabras incómodas



Mientras que Argentina y Chile actualmente se debaten en proyectos para despenalizar el aborto y legalizar las uniones entre personas del mismo sexo, sus presidentas Cristina Fernández y Michelle Bachelet se encontraron con el Papa en el Vaticano el día de ayer, 28 de noviembre, para celebrar el 25 aniversario del tratado de paz entre estos dos países.

En el mensaje que pronunció en español, el Sumo Pontífice destacó el importante papel de mediación que desempeñó en aquellas negociaciones la Iglesia Católica. Negociaciones a las cuales se encuentra unida la figura de Juan Pablo II y que "concluyeron con una solución digna, razonable y ecuánime". También afirmó que Chile y Argentina no son sólo dos Naciones vecinas, sino "dos Pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y amistad, que es fruto en gran parte de la tradición católica que está en la base de su historia y de su rico patrimonio cultural y espiritual".

Acontecimientos como éste evidencian la importancia de que la Iglesia esté vigilante y se involucre  –siempre por el bien de la sociedad y de manera prudente– en la política de los pueblos, a pesar de ser criticada por ejercer su labor fuera de los muros de los templos.

Pero el compromiso por la paz no se limita a la ausencia de enfrentamientos bélicos entre los países. El Papa Benedicto XVI recordó en este encuentro –y no sólo a estas dos mandatarias– que la paz "requiere la promoción de una auténtica cultura de la vida, que respete la dignidad del ser humano en plenitud, unida al fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad. Requiere también la lucha contra la pobreza y la corrupción, el acceso a una educación de calidad para todos, un crecimiento económico solidario, la consolidación de la democracia y la erradicación de la violencia y la explotación, especialmente contra las mujeres y los niños". No se los mandó decir; se los dijo personalmente conociendo a fondo la situación que agobia a estos países y al mundo entero.

Qué bueno que el Papa no tiene miedo de pronunciar este tipo de palabras que en nuestro contexto a muchos les resultan incómodas.

lunes, 23 de noviembre de 2009

México es más de lo que se dice en la prensa



En Roma abundan los periódicos gratuitos. Y aunque los profesores nos tienen "prohibido" seguir los acontecimientos del mundo desde ese tipo de publicaciones, de vez en cuando vale la pena "dar un vistazo" a la información que contienen.

El contenido es pobre. Se da más espacio a la publicidad y la manera como vienen tratados los argumentos no es tan profunda. Sin embargo, es la única información a la cual tienen acceso grandes masas de la capital italiana que no invierten –o no pueden invertir– un euro para adquirir otro tipo de periódicos.

El día de hoy, el diario gratuito "Metro" dedicó un espacio a México. Armas grabadas con oro, pistolas cubiertas con diamantes y collares secuestrados a los "narcos" ilustran el artículo que habla sobre el "Museo de las drogas", muestra que se expone al interno del palacio de la Secretaría de la Defensa, en la ciudad de México.

No me escandalizo. La situación del narcotráfico en México, y sus consecuencias, es tan real como la mafia italiana –dicho sea de paso–. Tampoco me extraña que los medios del así llamado primer mundo sólo miren al "tercero" cuando hay temas como la influenza, las muertas de Juárez o el narcotráfico, por mencionar algunos acaecidos en los últimos meses.

Pero no me lamento. Estoy convencido que el "rostro" de México es más hermoso que sus malas noticias, aunque no ocupe espacios en la prensa. Al final de cuentas empresarios y periodistas seguirán sus propios criterios para elegir las noticias mientras como lectores no seamos más exigentes con el producto que nos venden o "regalan".

jueves, 19 de noviembre de 2009

"Más vale tarde que nunca"




"Iglesia mexicana usa Twitter para comunicarse con fieles", es el título de una de las noticias publicadas el día de hoy en la primera página de esmas.com, sitio informativo de la televisora mexicana Televisa. La fuente es la agencia Notimex.

La "Iglesia" a la cual se refiere es la Diócesis de Querétaro, que a partir de esta semana abrió su cuenta de twitter "con el propósito de comunicarse con los fieles más jóvenes".

Que una Iglesia particular utilice medios como éste nos es novedad. En México son 11 las Diócesis que ya lo usan –a decir del vocero de la Diócesis de Querétaro–, y la Conferencia del Episcopado Mexicano desde hace tiempo que está inscrita. Lo que me resulta extraño es que un medio público como Televisa lo haya visto como noticia y que lo haya publicado sin filtro y sin "tendencias".

Personalmente valoro los esfuerzos que se hacen al interior de la Iglesia para llegar a los jóvenes que invierten gran parte de su tiempo en el uso de este tipo de herramientas que ofrece el internet, y para quienes las así llamadas "redes sociales" son el medio más importante –si no el único– de estar en contacto con la gente y con lo que sucede en el mundo.

No me convence mucho llegar en retardo, pero en esta ocasión puede aplicarse aquello de "más vale tarde que nunca", pues Twitter existe desde hace poco más de 3 años. Sin embargo, existen otras situaciones donde como Iglesia tenemos que estar más atentos. El mensaje que anunciamos y la misión que recibimos nos exigen estar despiertos y actuar a la altura y de inmediato.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El crucifijo es expulsado de las escuelas



La presenza del crocifisso nelle aule scolastiche si è convertito in un attentato contro i diritti dell’uomo. Così lo ha proclamato la Corte Europea a Strasburgo lo scorso 3 novembre. Nell’Italia, politici e rappresentanti dell’autorità pubblica non sono d'accordo con la decisione, giacché il crocifisso è un segno caratteristico della cultura e la storia italiana ed europea. Ma sembra che tutto può essere possibile in Europa; forse non è lontano il tempo che sia vietato ai sacerdoti portare l’abito clericale nelle strade, attentando contro la laicità e la libertà religiosa di coloro con chi ci incontriamo.
La presencia del crucifijo en las aulas de las escuelas públicas de Italia era vista con normalidad hasta el pasado 3 de noviembre. Ese día se convirtió en un atentado contra los derechos humanos.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos –con sede en Estrasburgo, Francia– declaró que la presencia del crucifijo en los salones de clase va en contra del derecho que tienen los padres de familia de educar a sus hijos de acuerdo a sus convicciones, y contra el derecho de los niños a la libertad religiosa. Esta declaración es la resolución dada por este Tribunal a la denuncia presentada por una ciudadana italiana de origen finlandés, para quien el crucifijo en las aulas de la escuela donde estudiaban sus hijos iba en contra del principio de laicidad del Estado.

La decisión ha causado revuelo en Italia. Líderes políticos y representantes de la autoridad pública han manifestado su descontento, pues a decir de ellos esta decisión ataca un signo importante de la tradición y de la cultura italiana y europea, que aunque lo intente no puede negar sus raíces cristianas ni lo que ha recibido del catolicismo a lo largo de la historia. Por su parte, representantes institucionales de la Iglesia Católica han hecho declaraciones mesuradas; se lamentan del hecho y de sus implicaciones, pero no le han dado el gusto a aquellos que esperan una declaración satanizante.

El debate continúa. Especialistas están buscando la manera de revocar la decisión para que por vía legal no aplique en este País. El Premier, Silvio Berlusconi, se pregunta si los 8 países de Europa que tienen en su bandera el signo de la cruz también la deban quitar  por razones de ateísmo. Hay quién se pregunta si las obras de arte explícitamente católicas que en algún tiempo pertenecieron a la Iglesia y que ahora se exponen en lugares públicos serán regresadas o destruidas.

Cuestionamientos superficiales y profundos seguirán siendo planteados. Mientras tanto  somos testigos de cómo la cristiana Europa, originaria de la cultura occidental, tierra de intelectuales y ejemplo de desarrollo en muchos ámbitos para el mundo, hoy en aras de la laicidad pierda el tiempo en largos procesos revisando cuestiones particulares y no se plantee situaciones más urgentes y profundas que verdaderamente necesitan ser resueltas. Pero estamos en Europa, donde parece que todo puede ser posible y justificado. Sólo falta que se nos prohíba a los sacerdotes usar el traje clerical en las calles, no vaya a ser que atentemos contra la laicidad y la libertad religiosa de aquellos con los que nos encontremos a nuestro paso.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Fiesta en los cementerios


La sera del primo novembre, vespro del giorno dedicato ai fedeli defunti, in Messico si ha la tradizione di andare ai cimiteri, non soltanto per pregare, ma soprattutto per ammirare gli “altari dei morti” che fanno alcuni uffici del governo, le scuole e alcuni volontari creativi. Anche approfittano i venditori, i musicisti e coloro che sanno scherzare con battute che hanno a che vedere con la morte. Davvero si sente un clima di festa. La preoccupazione è che tutto rimanga lì, nell’esteriore, dimenticando l’essenza cristiana che lungo la storia ha pulito questa tradizione ereditata dai nostri antenati indigeni.

"Saldo blanco en cementerios de la ciudad de México". Así amanecían el día de hoy, 2 de noviembre, titulares de la versión electrónica de algunos de los principales diarios de México. Se refiere a la visita que un gran número de mexicanos hicieron el día de ayer, víspera del Día de los Difuntos, a los cementerios.

Año con año, la noche del primero de noviembre se vive en este País de manera particular. Oficinas de gobierno, universidades y voluntarios creativos compiten en la elaboración del "Altar de Muertos", exponiendo sus obras a la admiración de los visitantes; mientras que vendedores, músicos y bromistas se aparecen incluso en medio de las tumbas.
Se trata de una verdadera fiesta, y forma parte de una tradición que México ha exportado al mundo, reconocida como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.

Pero el "saldo blanco" del título hace referencia a que en esta ocasión no hubo ningún incidente –al menos en la ciudad de México– fruto de los desórdenes a los que se exponen celebraciones como ésta.
Y es que pareciera que esta costumbre, heredada de nuestros antepasados indígenas y cristianizada por los primeros evangelizadores, tiende a convertirse en la competencia del halloween norteamericano, haciendo a un lado el sentido religioso de lo que en algún tiempo fue "devoción popular" pura.

El México, ponderado como mayormente católico, corre el riesgo de heredar a las nuevas generaciones tradiciones llenas de folklor y colorido, pero vacías en el contenido que les fue dando forma y sentido a lo largo de la historia. Lo bueno es que todavía son muchos los que concluyen esta fiesta con alguna oración alrededor de las tumbas de sus seres queridos y se unen a toda la Iglesia en la Eucaristía con la  misma intención, iluminando el misterio de la muerte con la trascendencia cristiana de la Resurrección.

domingo, 25 de octubre de 2009

La unidad de los cristianos no es una utopía


El Vaticano ha demostrado al mundo que la unidad de los cristianos no es una utopía. Se trata de una realidad que con pasos lentos, pero seguros, se va haciendo posible.

Lo confirma el anuncio de la publicación próxima de una Constitución Apostólica, en la que se responde a las peticiones que grupos anglicanos –clérigos y fieles– han dirigido a la Santa Sede, externando el deseo de entrar en comunión plena y visible con la Iglesia Católica.

Así lo comunicaron a la prensa el pasado martes 20 de octubre el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, y el arzobispo Joseph Augustine Di Noia, secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Habrá que esperar el documento completo para conocer a fondo las condiciones y los pormenores de este paso. Pero también será interesante seguir de cerca las reacciones, cuestionamientos e inconformidades de los “francotiradores” que suelen tener a la Iglesia en la mira.

Este logro es sin duda alguna fruto del diálogo ecuménico y de la acción del Espíritu, que asiste a la cabeza de la Iglesia y a sus colaboradores en su búsqueda por dar solución a las necesidades de nuestro tiempo sin caer en el relativismo.

Cierto que esta muestra de apertura y disposición por parte de los grupos anglicanos implicados, y de la misma Iglesia Católica, no cicatriza por completo la ruptura iniciada por Enrique VIII, Rey de Inglaterra, en el siglo XVI. Quedan muchas tareas pendientes para el diálogo ecuménico, con ésta y con otras iglesias históricas, pero sí asistimos a un signo visible e importante de la unidad por la que rezamos constantemente todos los cristianos.

domingo, 18 de octubre de 2009

África: en el corazón de la Iglesia



La preocupación por los más pobres y desprotegidos no es un eslogan publicitario de la Iglesia Católica. Se trata de uno de los principios básicos que forman parte de su identidad desde sus orígenes.

Su misión de “anunciar el evangelio a todos los rincones de la tierra” incluye también el ponerse “al servicio de la humanidad, especialmente de aquella más sufriente y marginada”, como lo expresa el Papa Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones, celebrada hoy, 18 de octubre, en las Iglesias de todo el mundo.

Y nuevamente África se pone en la mira; ahí se encuentra una buena parte de esa humanidad que necesita ser servida y atendida. La cruda realidad salida a la luz en el Sínodo de los Obispos para África, que se desarrolla en estos días en el Vaticano, nuevamente enciende los focos rojos reclamando nuestra atención.

Los retos y las tareas en este continente son apremiantes. Y ciertamente la Iglesia no es la única responsable en buscar soluciones –se reconoce también la preocupación de instituciones políticas y no gubernamentales– pero sí es una de las primeras instituciones en dar respuestas concretas a través de sus estructuras y en la medida de sus posibilidades.

No basta el hablar y diseñar planes de acción a largo plazo; es necesario poner manos a la obra. África, azotada por la pobreza, el hambre, la enfermedad y los enfrentamientos sangrientos, sigue siendo un continente de misión; y los misioneros que ahí se encuentran no sólo se dedican a evangelizar y a transmitir un mensaje de esperanza; también se preocupan por atender las necesidades básicas de estos pueblos.

Mientras instituciones mundiales como la FAO –Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, por sus siglas en inglés– se preocupan por disminuir el hambre para el año 2015, la Iglesia no solamente hace oración –que ya es bastante y muy efectiva– por tierras necesitadas como la africana, sino que además, en medio de la crisis económica mundial, los católicos colaboran económicamente en este día y aportan para causa.

Las palabras son efectivas, pero cuando se respaldan con hechos son otra cosa.

domingo, 11 de octubre de 2009

¿Más santos para la Iglesia Católica?

Ma ancora mancano i santi alla Chiesa Cattolica? Non bastano quelli tradizionali? Le canonizzazioni, come quella presieduta per il Papa Benedetto XVI questa mattina, ci offrono l'opportunità di avere negli altari santi contemporanei. Il loro contesto storico è vicino del nostro, e i problemi ai cui si affrontarono loro non sono lontani di quelli ai cui i cattolici di oggi fanno fronte ogni giorno.

El Papa Benedicto XVI proclamó cinco nuevos santos para la Iglesia Católica. La ceremonia de canonización tuvo lugar la mañana de hoy, 11 de octubre, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

¿Pero es que todavía le faltan santos a la Iglesia? ¿No bastan los santos tradicionales? ¿Qué sentido tienen en nuestro tiempo más canonizaciones? No son pocas las personas que me han hecho estas preguntas u otras similares. Su inquietud responde al cómo serán distribuidos en el calendario o a la inversión de tiempo y dinero de quien se dedica a dar seguimiento a las causas.

Dejando de lado argumentos teológicos y doctrinales, basta reflexionar que canonizaciones como ésta nos dan la oportunidad de ver en los altares a santos contemporáneos; se trata de personas cercanas a las circunstancias en las que los cristianos de nuestro tiempo desenvuelven su existencia, pues su contexto histórico está cercano del nuestro y los problemas a los que se enfrentaron ellos no están lejos de aquellos a los que el católico de hoy hace frente cada día.

El número parece alto. El Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para la causa de los santos, en el año 2002 afirmaba que desde el año 1588 hasta el comienzo del pontificado de Juan Pablo II el número de Santos era de 296. Por su parte, según la página oficial del Vaticano el papa Juan Pablo II canonizó a 482, mientras que el día de hoy ha llegado a 28 el número de santos canonizados por el Papa Benedicto XVI.

Un buen número, cierto, y eso sin contar los elevados a los altares durante los siglos precedentes. Pero en realidad muy pocos si consideramos la santidad en su sentido auténtico: hacer realidad en nuestras circunstancias concretas la identificación con Jesucristo, y esto es un llamado para todos.
Es verdad que la Iglesia no puede contar la cantidad de santos en el cielo (por eso celebra la fiesta de todos los santos), pero al ofrecer a la veneración pública a personas de carne y hueso que han vivido la santidad en grado heroico, no sólo nos recuerda que tenemos intercesores en el cielo, sino que además nos anima a vivir de manera comprometida, como lo hicieron ellos, y como sin duda lo siguen haciendo “cristianos auténticos” alrededor del mundo entero.

Los recursos que invierte la Iglesia, humanos y materiales, están orientados a cumplir con su misión, siempre en favor de los hombres.