Mientras que Argentina y Chile actualmente se debaten en proyectos para despenalizar el aborto y legalizar las uniones entre personas del mismo sexo, sus presidentas Cristina Fernández y Michelle Bachelet se encontraron con el Papa en el Vaticano el día de ayer, 28 de noviembre, para celebrar el 25 aniversario del tratado de paz entre estos dos países.
En el mensaje que pronunció en español, el Sumo Pontífice destacó el importante papel de mediación que desempeñó en aquellas negociaciones la Iglesia Católica. Negociaciones a las cuales se encuentra unida la figura de Juan Pablo II y que "concluyeron con una solución digna, razonable y ecuánime". También afirmó que Chile y Argentina no son sólo dos Naciones vecinas, sino "dos Pueblos hermanos con una vocación común de fraternidad, de respeto y amistad, que es fruto en gran parte de la tradición católica que está en la base de su historia y de su rico patrimonio cultural y espiritual".
Acontecimientos como éste evidencian la importancia de que la Iglesia esté vigilante y se involucre –siempre por el bien de la sociedad y de manera prudente– en la política de los pueblos, a pesar de ser criticada por ejercer su labor fuera de los muros de los templos.
Pero el compromiso por la paz no se limita a la ausencia de enfrentamientos bélicos entre los países. El Papa Benedicto XVI recordó en este encuentro –y no sólo a estas dos mandatarias– que la paz "requiere la promoción de una auténtica cultura de la vida, que respete la dignidad del ser humano en plenitud, unida al fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad. Requiere también la lucha contra la pobreza y la corrupción, el acceso a una educación de calidad para todos, un crecimiento económico solidario, la consolidación de la democracia y la erradicación de la violencia y la explotación, especialmente contra las mujeres y los niños". No se los mandó decir; se los dijo personalmente conociendo a fondo la situación que agobia a estos países y al mundo entero.
Qué bueno que el Papa no tiene miedo de pronunciar este tipo de palabras que en nuestro contexto a muchos les resultan incómodas.
MUY BUENO, FELICIDADES ( EN HORA BUENA )
ResponderEliminarMe parece muy bueno el artículo y más lo que en ello comentas, bien por el Sumo Pontífice, solo que me gustaría entender en que contexto se los dijo, y sobretodo que papel asumió al estar con ellos, o mas aún, que esperaban ellos del Santo Padre, pues si mal no recuerdo Él, aparte de ser el máximo jerarca de nuestra Iglesia Católica es tambien el jefe de Estado de aquella nación. A lo que voy es a esto; si se los dijo como el Santo Padre, que bueno y que acertado, y como tu comentas es un temerario, y me imagino que les cayó como agua fria, ahora, si se los dijo como jefe de Estado debió resultar un tanto incomodo y hasta molesto, y que bueno que no era España la que estaba en cuestión, pues no quiero imaginar a Zapatero diciendo al Papa, ¡cállate, cállate, que te calles!
ResponderEliminarFelicidades por éste artículo tan interesante, entendible y práctico.
ResponderEliminar"El genio se compone de 2% de talento y 98% de perseverante dedicación" -- y para muestra basta un botón.