miércoles, 18 de diciembre de 2013

Navidad en Familia


En Navidad celebramos que Dios entró en nuestra historia. Que “en Jesús Dios se encarnó, se hizo hombre como nosotros, y así nos abrió el camino hacia el Cielo, hacia la comunión plena con Él” (Benedicto XVI, 9 de enero 2013).
En Navidad celebramos que Dios quiso hacerse humano en el seno de una familia. Y ahí, en su familia, Jesús aprendió a pronunciar palabra y a dar sus primeros pasos; a obedecer y a trabajar; a orar y a cumplir la Ley. En su familia Jesús conoció el valor de la verdad, del amor y la justicia; el valor del respeto, de la solidaridad y de la paz.
La Navidad es un tiempo especial para celebrar en familia. Pero también para contemplar las virtudes de la Sagrada Familia de Nazaret, que hoy más que nunca se convierte en modelo de toda familia humana.
La Navidad es un tiempo para recordar que “la familia es un fundamento indispensable para la sociedad y los pueblos, así como un bien insustituible para los hijos, dignos de venir a la vida como fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres.
Como puso de manifiesto Jesús honrando a la Virgen María y a San José, la familia ocupa un lugar primario en la educación de la persona. Es una verdadera escuela de humanidad y de valores perennes” (Benedicto XVI, 19 de enero 2009).
Celebremos en familia el nacimiento de Jesús. Y dispongamos nuestro corazón para que renazcan en él los valores que Jesús aprendió en su familia: la verdad, el amor y la justicia; el respeto, la solidaridad y la paz.
Publicado en Profeta.

Cooperación Anual Diocesana: Ayúdanos a ayudar


El Diezmo es una responsabilidad del católico para apoyar las obras de Evangelización y de Caridad que realiza la Iglesia.
Se trata de una cooperación anual que se realiza en todas las parroquias de la diócesis y se hace llegar al Obispo para que se administre justamente bajo su supervisión.
Esta práctica ya existía en el Antiguo Testamento. Era la “décima parte” de las ganancias que se destinaba a los miembros de la tribu de Leví que, por dedicarse al culto, se habían quedado sin propiedades al repartirse la tierra de Canaán. Posteriormente también se destinaba para ayudar a los más necesitados, especialmente a las viudas y a los huérfanos.
En el Nuevo Testamento no se habla del diezmo como medio para sostener económicamente a los ministros de culto, pero sí se hace hincapié en el espíritu de solidaridad que motivó a muchos cristianos a vender sus bienes para socorrer a las necesidades de los hermanos.
Actualmente, cuando la Iglesia Católica utiliza la palabra “diezmo” no le atribuye el sentido originario de “décima parte”. En México, el diezmo anual corresponde a lo que gana el feligrés en un día de trabajo, y que ha de compartir en conciencia para que su comunidad haga frente a las necesidades más urgentes.
La Diócesis de Tepic necesita de tu ayuda. Para llevar a cabo la Evangelización y la Caridad son necesarios los recursos humanos, espirituales, pastorales y económicos. Comparte tu diezmo con tu Obispo durante el mes de diciembre. La Divina Providencia te lo recompensará.

Publicado en Profeta