sábado, 29 de octubre de 2011

Juan Pablo II en Puerto Vallarta



Una vez más Juan Pablo II demostró su capacidad para convocar multitudes.
Un mar de fieles católicos se reunió en el centro de Puerto Vallarta para recibir las reliquias del Beato la madrugada de este sábado 29 de octubre.

Como estaba previsto, la urna que contiene las reliquias ingresó al Templo de Guadalupe minutos después de las 5 de la mañana, custodiada por elementos de seguridad y acompañada por el padre Roberto Gradilla Ulloa, delegado del Obispo de Tepic para escoltarla mientras visita el territorio diocesano.

Durante las siete horas que permaneció en este lugar, y sin interrupción, fieles de todas las edades se acercaron a la urna para tocar en ella sus objetos de devoción y para presentar a Dios sus necesidades y agradecimientos por intercesión del “Papa mexicano”.

Sacerdotes de la zona también participaron en la Santa Misa que presidió el padre José de Jesús Meda, vicario general de la Diócesis de Tepic, a las 7:30 de la mañana.

Este evento sin precedentes estuvo preparado con una vigilia de oración que inició la noche del día anterior. A decir del padre Esteban Salazar, vicario episcopal de la zona Costa Alegre y párroco de Guadalupe, toda la noche se entonaron cantos, se celebraron horas santas y se rezó el santo rosario, uniéndose así a la intención de los Obispos de México de fortalecer la fe del pueblo mexicano y pedir por la paz y la justicia en la nación.

jueves, 29 de septiembre de 2011

El deporte vale oro




Puerto Vallarta será subsede de los ya próximos Juegos Panamericanos. Del 14 al 30 de octubre se llevarán a cabo aquí las competencias de Natación en aguas abiertas, Triatlón, Vela y Voleibol de Playa.

La publicidad de los juegos ha sido escasa, al menos a nivel local. A pesar de ello se espera que el evento incremente el movimiento económico del Puerto y lo siga posicionando en el mundo como uno de los destinos turísticos más importante del País.

Pero no todo es dinero ni imagen. Estos juegos nos recuerdan la importancia de la disciplina, la perseverancia, la responsabilidad, el respeto, de acatar reglas. Entre otros, se trata de valores fundamentales de la persona que se ejercitan en el deporte.

Con razón los curatos y las escuelas católicas de antaño se aliaban con el deporte para asegurar en los adolescentes y jóvenes una formación humana y cristiana de calidad, forjando personas maduras, profesionistas ejemplares, ciudadanos de bien.

"El deporte posee un valioso potencial educativo, sobre todo en el ámbito juvenil y, por esto, ocupa un lugar de relieve no sólo en el uso del tiempo libre, sino también en la formación de la persona... El deporte, practicado con pasión y atento sentido ético, especialmente por la juventud, se convierte en gimnasio de sana competencia y de perfeccionamiento físico, escuela de formación en los valores humanos y espirituales, medio privilegiado de crecimiento personal y de contacto con la sociedad" (Benedicto XVI, agosto 2009).

Con frecuencia los padres de familia se preguntan cómo alejar a sus hijos de los excesos en televisión, videojuegos, internet, drogas, alcohol, desperdicio del tiempo... O cómo fomentar en ellos las virtudes y transmitirles una actitud positiva ante la vida. El deporte no es la única solución, pero sí una respuesta concreta y efectiva.

jueves, 4 de agosto de 2011

Ancianos echados al olvido


Ancianos de nuestra parroquia transcurren sus días en el abandono. Muchos de ellos son padres de familia, pero sus hijos y nietos los han condenado a una vida de soledad y miseria.

Todos los jueves, la comisión parroquial de pastoral de la salud lleva la Comunión a los ancianos y enfermos que no pueden asistir al templo. Oran con ellos, comparten la Palabra de Dios y les dan un mensaje de esperanza. Sin embargo, hay lugares donde también asean al enfermo y limpian su casa, pues la indiferencia de sus familiares los tiene en condiciones infrahumanas.

“En un tiempo había una gran reverencia por la cabeza canosa”, escribía el poeta latino Ovidio. Pero en la actualidad es común que se les considere como una carga pesada.

El cristiano piensa distinto. El cristiano respeta la vida y la dignidad humana de los enfermos y ancianos. Se preocupa no sólo porque tengan atención médica, sino que les muestra comprensión, consuelo, aliento y acompañamiento constante.

No hay que olvidar que los ancianos ayudan a ver los acontecimientos con sabiduría, pues la vida los ha hecho expertos y maduros. "Ellos son depositarios de la memoria colectiva y, por eso, intérpretes privilegiados del conjunto de ideales y valores comunes que rigen y guían la convivencia social. Excluirlos es como rechazar el pasado, en el cual hunde sus raíces el presente... Los ancianos, gracias a su madura experiencia, están en condiciones de ofrecer a los jóvenes consejos y enseñanzas preciosas.

 Desde esta perspectiva, los aspectos de la fragilidad humana, relacionados de un modo más visible con la ancianidad, son una llamada a la mutua dependencia y a la necesaria solidaridad que une a las generaciones entre sí, porque toda persona está necesitada de la otra y se enriquece con los dones y carismas de todos" (Benedicto XVI, 2007).

Durante el mes de agosto la sociedad ha inventado el Día del Adulto Mayor. No tardan las campañas que despiertan la sensibilidad hacia ellos. Falta decir a las nuevas generaciones que los ancianos nos necesitan siempre. Hoy por ellos, quizá mañana estemos en su lugar.


Publicado en PROFETA, "Mensajero de la Divina Providencia", Edición de Agosto 2011.

jueves, 30 de junio de 2011

Católicos devotos, ciudadanos responsables

Participar en las elecciones es cuestión de responsabilidad. Por el bien de todos, el católico no puede permanecer indiferente ante la política. Su fe lo compromete a colaborar en el bien del País emitiendo su voto libre, secreto y razonado.

Nayarit es uno de los seis Estados con elecciones en los próximos días. Su cercanía con Jalisco nos ha permitido observar las campañas de candidatos con deseos tremendos de servir al pueblo y con la fórmula secreta para lograr el desarrollo y el bienestar social. Los candidatos y sus propuestas han suscitado la confianza en muchos, han sembrado la duda en otros y han provocado la indiferencia en más.

El ambiente político de nuestro vecino Estado es una muestra de lo que viviremos a nivel nacional el próximo año. Y no sería justo, ni moral, ni evangélico, que la indiferencia política resultara vencedora en las elecciones.

La enseñanza social de la Iglesia es clara al respecto. El Papa y los Obispos han insistido en la participación activa de los católicos en la vida pública. A pesar de lo incómodo que resultan sus palabras para ciertos grupos sociales, exhortan a los fieles para que se afilien y voten libremente por el partido político y por el candidato que mejor responda al bien común de la sociedad sin contradecir sus convicciones morales y religiosas.

Son claros en afirmar que la vida social en un sistema político democrático no podrá desarrollarse en forma pacífica y provechosa sin la participación activa, responsable y generosa de todos. 



El voto es un medio para manifestar nuestra aprobación o desaprobación a los candidatos, a los partidos políticos, a los programas que ofrecen y a su desempeño en el gobierno. 

Por eso debe ser razonado, personal, libre y secreto.

Necesitamos legisladores y gobernantes honestos y desinteresados, capaces de construir el bien común. "No debemos dar cabida a la apatía cívica, que nos podría conducir a una falta de liderazgos eficaces y a que nuestras instituciones no fueran verdaderamente representativas de la voluntad colectiva del pueblo mexicano".

La solución a la corrupción no es abandonar la política, sino participar activamente en ella con principios cristianos.


Publicado en PROFETA, "Mensajero de la Divina Providencia", Edición de Julio 2011.