La elección de un Papa se lleva a cabo en el interior de la
Capilla Sixtina y es a puerta cerrada. De ahí que el proceso de elección reciba el nombre de
Cónclave, es decir “bajo llave”.
El Cónclave está regido por un documento que lleva el título
de Universi Dominici Gregis, que además contiene el modo de proceder de los Cardenales cuando la Sede se
declara Vacante. Fue firmado el 22 de febrero de 1996 por Juan Pablo II, pero
en sus artículos se concentra la experiencia que ha adquirido la Iglesia a lo
largo de muchos siglos de historia. A continuación los elementos esenciales:
La Sede Vacante
- Se considera Sede Vacante cuando muere un Pontífice o cuando éste renuncia, como en el caso de Benedicto XVI.
- Durante la Sede Vacante el gobierno de la Iglesia es asumido por los Cardenales, aunque solamente para dar cauce a los asuntos ordinarios o a los que no se pueden aplazar. Pero no pueden tomar decisiones que solamente le corresponden a un Papa –como por ejemplo el nombramiento de nuevos Obispos– ni pueden corregir o modificar ninguna ley.
Los preparativos
- Los Cardenales son los responsables de preparar todo lo necesario para elegir al nuevo sucesor de san Pedro.
- Solamente pueden votar los Cardenales menores de 80 años y no deben ser más de 120 electores. Actualmente son 118 los cardenales que tienen la edad para elegir al nuevo Pontífice.
- El Cónclave inicia 15 días después de que se declare la Sede Vacante para que todos los Cardenales puedan llegar a Roma. Pero los Cardenales tienen la facultad de retrasar, si hubiera motivos graves, el comienzo de la elección, aunque no más de 20 días después de que se declare la Sede Vacante.
- Los Cardenales no pueden mantener comunicación de ningún tipo con el mundo exterior durante el Cónclave. El documento habla de correspondencia, teléfono y otros medios de comunicación (donde se pueden incluir todos los servicios que actualmente ofrece el Internet). Tampoco pueden recibir periódicos, escuchar programas radiofónicos ni ver la televisión.
El desarrollo
- Se celebra una Eucaristía en la Basílica de San Pedro.
- Al finalizar la Eucaristía se inicia una procesión hacia la Capilla Sixtina.
- Los Cardenales electores emiten el juramento de conservar en secreto el desarrollo del Cónclave.
- Se procede a la elección. Por la tarde del primer día se realiza sólo una votación y los días sucesivos se realizan dos votaciones por la mañana y dos por la tarde.
- Para que la elección sea válida se requieren dos tercios del total de votos más uno.
- En caso de que los Cardenales encuentren dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona a elegir, después de tres días de votos sin resultado positivo hacen una pausa de un día para orar y meditar y al día siguiente se retoma la elección.
- Si después de 24 escrutinios los Cardenales no se ponen de acuerdo podrán decidir por mayoría absoluta sobre el modo de proceder, pero al final siempre son necesarios los dos tercios de votos para que ésta sea válida.
El resultado
- Cuando un candidato resulta electo de acuerdo a la norma el Cardenal Decano pregunta al elegido si acepta la responsabilidad, así como el nombre con el que quiere ser llamado.
- Después de que el elegido acepta automáticamente se convierte en Obispo de Roma y en Papa de la Iglesia Universal.
- Los Cardenales se acercan al nuevo Papa para expresarle su respeto y obediencia.
- El primero de los Cardenales Diáconos anuncia al pueblo "Habemus Papam" –tenemos Papa– y el nombre que éste ha asumido.
- El Papa imparte la Bendición Apostólica Urbi et Orbi –a la ciudad y al mundo– desde el balcón de la Basílica Vaticana.
Muy explícita su aportación Padre...oremos para que el Espíritu Santo obre en los purpurados y el gobierno del nuevo Pontífice, sea para mayor gloria de Dios y salvación de su Iglesia.
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