lunes, 4 de agosto de 2014

De la indiferencia a la solidaridad. El testimonio del Cirineo


Ante una sociedad marcada por el egoísmo y la indiferencia, urgen personas sensibles al sufrimiento humano. Y los cristianos de todos los tiempos, llamados a reproducir los gestos de Jesús, han de ser signo constante de sensibilidad ante el dolor, y han de distinguirse por su solidaridad con quienes más lo necesitan.
Hoy más que nunca se vuelven necesarios testimonios como el de Simón de Cirene, personaje bíblico que a pesar de su resistencia inicial, después se convirtió en un apoyo para Jesús camino a la crucifixión.

EL CAMINO HACIA EL CALVARIO
Después de que Jesús es procesado, flagelado y sentenciado a muerte, los soldados romanos lo conducen camino al Calvario. Entre la multitud que lo acompaña se encuentran su madre, Juan el discípulo y otras mujeres que lloran al mirar el dolor del inocente.
Jesús es condenado a la crucifixión. Se trata de un castigo que producía una muerte lenta, con máximo dolor y sufrimiento. Era considerada sumamente degradante y se aplicaba sólo a los esclavos, revolucionarios y peligrosos criminales. Pero en el caso de Jesús, la crucifixión es el resultado de la maldad de las autoridades judías, de una multitud manipulable y de la cobardía de Poncio Pilato.

EL CIRINEO
Si el objetivo era la cruz, cuando los soldados se dieron cuenta de que Jesús estaba agotado y sin fuerzas buscaron a alguien que le ayudara con el peso del madero. Es cuando entra en escena un hombre que venía del campo, Simón de Cirene, o mejor conocido como “el cirineo”. Los soldados lo obligaron a ayudar a Jesús. Y después de resistirse, los evangelios distinguen su gesto solidario.

HOY, JESÚS SIGUE PADECIENDO
El encuentro entre Jesús y el cirineo trae consigo una gran lección de vida.
El dolor y el sufrimiento son realidades presentes en la vida de todo ser humano. La muerte, la enfermedad, los problemas en familia o en el trabajo, y las crisis económicas, son sólo algunos ejemplos de los dolores que afligen constantemente la existencia del hombre.
El camino de la Cruz no es algo del pasado ni de un lugar determinado de la tierra. El vía crucis de Jesús se repite con frecuencia y en cualquier lugar del mundo. Como afirmaba en una ocasión el Papa Francisco: Dios no quiere el sufrimiento y no acepta el mal en el mundo. Pero el sufrimiento, acogido con fe, se trasforma en camino de salvación. Entonces lo aceptamos como Jesús y ayudamos a llevarlo como Simón de Cirene”.

El mundo necesita menos Poncios Pilatos y cada vez más Cirineos. Pilato trató de ser neutral y de quedar al margen, pero con esa actitud se opuso la justicia. En cambio el cirineo, después de resistirse, se puso tras los pasos de Jesús, le ayudó con su carga y su vida cambió por completo.
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CULTURA BÍBLICA
Simón de Cirene es un personaje que aparece en los Evangelios Sinópticos, es decir, en Mateo, Marcos y Lucas.
Cirene era la capital de una región del norte de África.
Historiadores afirman que en el tiempo de Jesús algunos cirineos se habían establecido en Jerusalén y que incluso tenían ahí una sinagoga. Por ello podemos afirmar que Simón no era un peregrino que viajó a Jerusalén para la fiesta de pascua, sino que más bien se trataba de alguien que pertenecía a esa comunidad. Además, el hecho de que Marcos indique el nombre de sus hijos, confirma que se trataba de personas conocidas por los habitantes de Jerusalén.
Publicado en Vallarta Opina, Abril 13 2014

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